sábado, 20 de diciembre de 2014

CONCIERTO EN EL PARQUE 2



El Teléfono de un Ángel


Llamaré a mi ángel para que se reúna con el tuyo a concertar un encuentro en cualquier esquina de esta ciudad.

Entre tu ventana y la mía corre el extraño río del tiempo. De noche con la brisa de la reciente primavera, me elevo sobre los tejados, sobre los ciruelos en flor, llego hasta tu calle solitaria, iluminada por pálidas luces amarillas. Sobre el tendido eléctrico hay un estrafalario ser de gruesos lentes, afilando sus gastadas flechas.

Nada que hacer, me dice. Por ahora será mejor que regreses a casa, aún hace frío al amanecer.

Sus palabras parecen razonables. Está bien, este es el primer viaje astral de la temporada y sigo creyendo que sólo estos ojos pueden encontrar piedras preciosas bajo el ropaje de tu tristeza.

Los artistas italianos no pueden dejar de pensar en los ángeles. No soy italiano y creo que un ángel no siempre es un joven como el que engaño a María. Un ángel puede ser cualquier aparición inesperada: Un gato, un perro, el viento sobre el lago, en los árboles… Sí, el viento de cualquier manera… los he visto bañándose en el río junto a los sauces. A menudo suelen estar dentro de una pintura o en una canción.

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Polvo Rojo


Sólo las raíces nativas se agarran con fuerza a la tierra. Los frutos exóticos, delicados, languidecen y mueren. No soy ni una cosa ni la otra, sólo camino en el polvo rojo.

Se cuela en mi casa, se amontona en los rincones, ajeno a mi lucha por desembarcarlo. Se cierne sobre mesas y utensilios, sobre chaquetas y discos… Termina por desajustar relojes y computadores, nubla la visión y consolida un nudo en la garganta.

Caravanas del desierto veo en la lejanía. No se trata de colonos temerosos de Dios sino de gente muy astuta, que antes llevaron cargamentos de seda y piedras preciosas y ahora trafican maderas y peces.

Regalan balones de futbol a los niños, pero no dudan en sobornar o quemar a todo el que se les resista.
Rugen sus máquinas bien aceitadas hacia el próximo puerto, dejando todo baldío tras de sí.


Salgo de la cantina al camino, a izquierda o derecha todo da igual. Abandoné mi casa hace mucho, sólo posadas de una noche para el caminante del polvo rojo.
  
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Concierto en El Parque. Poemas de Ignacio Barrientos. Edición 2014